lunes, 6 de diciembre de 2010

¡Que estoy aquí!


Tú no eres de los que suele hacer eso, pero si algún día, por casualidad, por que ves una foto mía sin querer, por que has visto nuestros nombres escritos en esa cajita que espero que aun no hayas tirado o por que ves la pegatina que pegué en tu armario y decides mirar hacia atrás, me veras a mi. Me verás sentada en la cera, con las piernas cruzadas, o las rodillas en el pecho, encogida porque es invierno y sabes que no me gusta el frio, y menos si no estas tú. Seguramente esté fumando aun que sé que lo odias, ahora ya me da igual. Esta posición significa que te estoy esperando.

Pero no miras atrás, nunca, y yo estoy allí, sin ti, muriéndome de frio, esperando a que vengas, a que me cojas las manos heladas, me apartes la bufanda de la boca, me roces la nariz congelada y roja como siempre, me aprietes la chaqueta gorda, que te agaches y apoyes tus rodillas en mis zapatillas anchas que odias, cogiéndome por detrás del cuello rozando la rasta que tan poco te gusta y desordenando aun más mi pelo. Entonces te acerques y me beses, un beso ardiente que me queme, y me quite el frio.

2 comentarios:

  1. Quizá debería intentar dejar de mirar atrás tú también... ya que él no está dispuesto a hacerlo.
    Ánimo
    Muuaá :)

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  2. Estoy con la señorita R.
    Nunca te fies de alguien que no se gira para cuidarte con un ultimo vistazo, y no deberias fumar para refugiarte en esta larga espera.
    Es sólo una opinión. Luego el amor tiene sus propias reglas,
    y de verdad, que con tanto frío y olvido, al final ciertas cosas suceden,
    lo que tiene que venir acaba por llegar

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