Un paseo.

Una de mis niñas (nos llamamos así entre 4 amigas, somos las mejores 4 amigas del mundo) vive al lado de la estación de tren de mi pueblo, ese sitio no sería tan especial si no hubiera tenido que ir durante muchos meses a por ti dos veces a la semana, hoy volvía de su casa y eran las 9.30, justo la hora en la que volvía de acompañarte de coger el tren para irte a casa. He empezado a caminar, y me he dado cuenta que quería avanzar rápido, quería dejar mis pasos atrás y a ti con ellos. Un paso, tu sonrisa, otro paso, tus ojos verdes, uno más, tus grandes y “perfectas” manos, dos más, mis manos acariciándote el pelo después de fundirnos el uno con el otro, las tuyas acariciando mi cara. Otros dos, tus manos buscando mi piercing del ombligo y mi pircieng de la lengua buscándote a ti. Ahora doy 5 más, con ellos se quedan atrás tu cama, la mía, la de tus padres, la de mi amiga y la de mi apartamento. Otro, casi un salto, tus amigos, tu hermana, tu familia. Otro que me cuesta más, mi madre hablando maravillas de ti, mi padre encantado contigo, los dos discutiendo de futbol, tú pinchándole y diciendo que el Madrid es malísimo. Otro puñado de pasos más y estoy a mitad camino en el que se queda el cine, el centro de valencia, las calles escondidas y nuestro parque, el primero. Uno más, el más veloz, ahora estoy casi corriendo e intento olvidar las fechas, sábado 24 de Mayo del 2008, la primera vez que te vi, nuestro primer beso y cuando supe que no te iba a querer soltar nunca, LUNES 8 de Septiembre del 2008, mi primera vez, y la tuya. Domingo 24 de Mayo del 2009, nos volvemos a encontrar, que casualidad JUSTO un año después, esa es nuestra fecha. Para lo que viene a continuación necesito una calle, no solo unos pasos, las discusiones, ¿Cómo puedo echar de menos las discusiones? Bueno, nuestra relación se basaba en eso básicamente, es normal… Me he dado cuenta y falta girar la esquina en la que siempre te equivocabas de dirección y ya estaré en casa.

Me faltan muchos paseos, muchísimos, para dejar atrás todo.